domingo, 29 de mayo de 2016

EL REY SEXO

 El otro día fui a dar una vuelta con mi mujer por varios puntos de venta de libros y me dio mucha alegría ir encontrándome enparejarte. Lo que me sorprendió fue que en El Corte estaba en la sección de psicología y en la de sexología. Sexología ciencia que estudia la sexualidad… Sexualidad condiciones anatómicas...apetito y propensión al placer carnal.... Todo esto lo dice la Real Academia Española de la lengua. 
Aunque hay un capítulo entero de los cuatro que tiene el libro que está dedicado a la afectividad, creo que lo que debe haber en una pareja sana es mucho más que sexo. 
Y pensaba en lo inundados que estamos de referencias a lo estrictamente sexual  Y en qué medida eso puede afectar a la vida de pareja. 
Ésa entronización del orgasmo nos puede llevar a reaccionar así:
-  desde luego cómo está la peña!!  Menos mal que nosotros somos bastante más normales!!
Y efectivamente ser normales nos lleva a poner el sexo en su sitio. Pero no olvidemos que su sitio es un lugar de primer orden. 
Debemos cuidar nuestras relaciones sexuales mucho, debemos poner cariño delicadeza e interés. Debemos hablarlo siempre que haya algo que comentar. 
No podemos olvidar que para nosotros ese modo de querernos es el valor añadido.  Lo que no entregamos a nadie más. Ese lubricante que hace que toda la maquinaria funcione. 

domingo, 15 de mayo de 2016

COMO GOTAS DE SILICONA

Me acuerdo de Ramón que me decía delante de Teresa:
 “Vamos a ver, no sé a qué viene ese empeño en hablar más. Yo creo que cuando tenemos algo que decirnos, nos lo decimos, yo por lo menos lo hago. Si estamos enfadados no, pero eso ya es otro problema. Entonces ¿por qué empeñarnos en que hablamos poco?”
A lo mejor tú eres un poco como Ramón, o vives con alguien que lo es.
Pues hay que entender a Ramón y ayudarle a comprender la importancia del diálogo fluido entre los dos, y no porque lo digan los libros sobre la pareja. Que lo dicen, por cierto.
Es verdad. A veces nos encontramos con personas, más hombres que mujeres, que cuestionan la necesidad de hablar; o al menos no lo ven como algo tan importante. O, en el mejor de los casos, parece que en la comunicación llenan su vaso muy rápidamente y a partir de ahí sobran las palabras.
Acabo de copiaros un fragmento de mi libro ENPAREJARTE QUE SALE ESTE MARTES 17!! Perdón por dar la lata pero estoy muy ilusionado...

Y viene a cuento para recordar que hablar los dos a solas tranquilamente mirándoos a los ojos es algo así como aplicar gotas de silicona entre dos piezas que quieres unir bien, no habrá quien las separe. 
Se trata de dejarte ver por dentro, que sepa de verdad lo que sientes, quizás a aveces no los sepas ni tu por lo que hablar te vendrá bien a ti! 
Así, estaréis invirtiendo en la cuenta de confianza que no hará más que crecer. Y siempre serás su mejor confidente

domingo, 8 de mayo de 2016

PAREJA ANTES QUE PADRES


¡En estos días me ha llegado el primer ejemplar de mi primer libro! Que saldrá a la venta el 18 de mayo! Cuando en la editorial me hicieron la primera revisión me dijeron:
Está muy bien, pero hay temas que no aparecen...
Así es, ¡los he dejado para el siguiente libro!
Uno de ellos es la atención a los hijos. Y si no me he dedicado a hablar de ellos es porque el libro va a los pilares básicos de la pareja. Y vosotros sois pareja antes que padres. Sin duda alguna. 
Y si queréis hacerlo muy bien con vuestros hijos, quereros de verdad, estad muy unidos, trabajad mucho mucho vuestra relación y así ellos serán los chicos mas felices del mundo. 
Si anteponéis vuestros hijos a vuestra relación, os equivocaréis, la descuidaréis, os trataréis   menos bien y al estar menos unidos les daréis menos solidez, menos cimientos y menos techo a vuestros hijos. Y estos crecerán más inseguros, menos rodeados de cariño, menos felices...
Pongamos muy en activo eso que sabemos bien aunque a veces se nos puede olvidar: antes que padres somos pareja. La elección la hicimos el uno por el otro, ellos vinieron después.
Y así debemos vivirlo siempre, ellos nos lo agradecerán y mucho. Aunque no nos lo digan