LLegan, si llegan, y se instalan por un periodo de unos treinta años. Ponen nuestra casa del revés. Cuando son pequeños por su súper dependencia, y cuando crecen porque nos tienen en jaque, en mayor o menor medida.
El caso es que irrumpen en la vida de la pareja, nos llenan de responsabilidades, de satisfacciones, de alegrías, de emociones...Nos dejaríamos matar por ellos.
Y sin embargo...vinieron después.
Al principio eráis sólo vosotros dos, y de algún modo eso debe seguir siendo así siempre.
Los hijos deben estar detrás. No sólo en la cronología, sino mucho más importante: en la jerarquía.
-Ya se nota que eres hombre y como hombre, padre. La maternidad es distinta a la paternidad-
No lo dudo. Esos nueve meses de intercambio total, a través del flujo sanguíneo de ida y vuelta no son asimilables a nada. ¿Cómo no va a haber una conexión exclusiva entre los dos?
Pero con quien tienes un proyecto de vida es con tu pareja. E incluso si piensas en tus hijos, lo mejor que puedes hacer por ellos es entregarte plenamente a tu pareja. Deja que ellos vean que su padre, su madre, es lo más importanate para ti. Les aportarás toda la seguridad que necesitan y les harás inmensamente felices.
domingo, 15 de marzo de 2015
domingo, 8 de marzo de 2015
ANTE LA INFIDELIDAD
Es verdad que resultan frecuentes las historias de infidelidad.
No sólo a mi que me dedico a trabajar con parejas que tienen problemas, sino a todos nosotros. Quizás conozcas un caso más o menos cercano.
Si por distintas circunstancias te encuentras enredado en una relación paralela o estás iniciándola, deberías parar, tomar distancia y analizar lo que quieres en la vida.
Lo que pasa es que la comparación es injusta. Vas a poner a un lado de la balanza una relación de años, con sus luces y sombras. Y al otro lado una relación que emerge con fuerza y pasión pero de la que desconocemos su velocidad de crucero.
Tenemos unos zapatos de buena piel aunque ya bastante usados. Últimamente no les hemos dado mucho betún, es verdad, pero en su día eran la envidia de muchos. Nos han llevado por días de lluvia y sol. Entre barro y piedras.
Y los comparamos con otros que nos acaban de regalar, los hemos usado poco y nos encantan. Pero no tenemos ni idea de cómo responderan a las inclemencias del tiempo, ni a las jornadas de 16 horas sin quitártelos. Tienen buena pinta pero...
Valga la comparación.
Salvo que a los zapatos nunca les dijimos que serían los únicos.
No sólo a mi que me dedico a trabajar con parejas que tienen problemas, sino a todos nosotros. Quizás conozcas un caso más o menos cercano.
Si por distintas circunstancias te encuentras enredado en una relación paralela o estás iniciándola, deberías parar, tomar distancia y analizar lo que quieres en la vida.
Lo que pasa es que la comparación es injusta. Vas a poner a un lado de la balanza una relación de años, con sus luces y sombras. Y al otro lado una relación que emerge con fuerza y pasión pero de la que desconocemos su velocidad de crucero.
Tenemos unos zapatos de buena piel aunque ya bastante usados. Últimamente no les hemos dado mucho betún, es verdad, pero en su día eran la envidia de muchos. Nos han llevado por días de lluvia y sol. Entre barro y piedras.
Y los comparamos con otros que nos acaban de regalar, los hemos usado poco y nos encantan. Pero no tenemos ni idea de cómo responderan a las inclemencias del tiempo, ni a las jornadas de 16 horas sin quitártelos. Tienen buena pinta pero...
Valga la comparación.
Salvo que a los zapatos nunca les dijimos que serían los únicos.
domingo, 1 de marzo de 2015
CUIDADO CON EL "RUN RUN"
Ese ruído interno que nos lleva a mirar a nuestra pareja con un "run run" de no me gusta lo que haces.
De la desaprobación a la crítica hay un paso. Y de criticar lo que hace a criticar como es, otro paso.
Y fíjate que es bueno ser crítico con el otro. Pero desde la amistad.
Le dices lo que crees que ha hecho mal, o podría hacer mejor, como se lo dirías a un buen amigo con quien tienes toda la confianza del mundo, a un hermano con el que te entiendes bien.
Cuida para empezar las formas:
Le dirás lo que sea necesario con buen tono, a poder ser sonriendo. Siempre con afecto.
No olvides que para cambiar, necesitas sentirte querido. Si no se convierte en una amonestación, una multa que asumimos sin más. Pero no va acompañada de la reflexión interna que nos puede hacer cambiar, mejorar.
Sólo cambiamos cuando nos sentimos animados a cambiar por alguien que nos quiere.
Así que ya sabes, eso es lo importante. No la perfecta argumentación sino el mensaje:
Te quiero como eres y te quiero incluso mejor, por eso te lo digo.
De la desaprobación a la crítica hay un paso. Y de criticar lo que hace a criticar como es, otro paso.
Y fíjate que es bueno ser crítico con el otro. Pero desde la amistad.
Le dices lo que crees que ha hecho mal, o podría hacer mejor, como se lo dirías a un buen amigo con quien tienes toda la confianza del mundo, a un hermano con el que te entiendes bien.
Cuida para empezar las formas:
Le dirás lo que sea necesario con buen tono, a poder ser sonriendo. Siempre con afecto.
No olvides que para cambiar, necesitas sentirte querido. Si no se convierte en una amonestación, una multa que asumimos sin más. Pero no va acompañada de la reflexión interna que nos puede hacer cambiar, mejorar.
Sólo cambiamos cuando nos sentimos animados a cambiar por alguien que nos quiere.
Así que ya sabes, eso es lo importante. No la perfecta argumentación sino el mensaje:
Te quiero como eres y te quiero incluso mejor, por eso te lo digo.
domingo, 22 de febrero de 2015
SENTIMIENTO VS COMPROMISO
A veces se plantea este binomio como si fuera excluyente o incluso contradictorio.
"Estoy contigo por lo que siento, porque me siento unido a ti, por todo lo que compartimos..."
Me dirás que "!claro, como si acabases de descubrir la pólvora!"
Y efectivamente eso es lo habitual.
Pero ¿qué pasa cuando los sentimientos se nos desdibujan por dentro? Como si se vieran borrosos...
¿salimos de la relación sin más? ¿mantenemos la "farsa"?
Yo veo cada semana en el despacho parejas que pelean porque creen en su relación a pesar de no sentir nada o casi nada de lo que esperarían sentir por su pareja. Creen y quieren, con la voluntad en este caso,pero es que la voluntad, te aseguro que es capaz de resucitar a un muerto.
No se trata de asumir el secano de sentimientos como un status permanente.
No hay que meter el corazón en la despensa en ningún caso, !menos aún en la nevera!
Se trata más bien de pensar y recordar. Buscar dentro y pelear por revitalizar esos sentimientos que ahora languidecen dentro de nosotros.
¿ y por qué?
Pues porque una relación sólida debe sustentarse no sólo en el sentimiento sino también en el compromiso, y el compromiso es lo que da verdadera proyección a nuestra relación, lo que la hace flotar en las tempestades, lo que nos hace apostar por la relación, aún cuando no daríamos dos duros por ella.
Cuantas veces esa travesía en el desierto termina en oasis...
"Estoy contigo por lo que siento, porque me siento unido a ti, por todo lo que compartimos..."
Me dirás que "!claro, como si acabases de descubrir la pólvora!"
Y efectivamente eso es lo habitual.
Pero ¿qué pasa cuando los sentimientos se nos desdibujan por dentro? Como si se vieran borrosos...
¿salimos de la relación sin más? ¿mantenemos la "farsa"?
Yo veo cada semana en el despacho parejas que pelean porque creen en su relación a pesar de no sentir nada o casi nada de lo que esperarían sentir por su pareja. Creen y quieren, con la voluntad en este caso,pero es que la voluntad, te aseguro que es capaz de resucitar a un muerto.
No se trata de asumir el secano de sentimientos como un status permanente.
No hay que meter el corazón en la despensa en ningún caso, !menos aún en la nevera!
Se trata más bien de pensar y recordar. Buscar dentro y pelear por revitalizar esos sentimientos que ahora languidecen dentro de nosotros.
¿ y por qué?
Pues porque una relación sólida debe sustentarse no sólo en el sentimiento sino también en el compromiso, y el compromiso es lo que da verdadera proyección a nuestra relación, lo que la hace flotar en las tempestades, lo que nos hace apostar por la relación, aún cuando no daríamos dos duros por ella.
Cuantas veces esa travesía en el desierto termina en oasis...
domingo, 15 de febrero de 2015
ESCAPA DE UNA RELACIÓN MEDIOCRE
No pactes con una situación en la que ninguno de los dos sois de verdad felices.
No miréis para otro lado. Buscad una solución. No os conforméis.
Cada semana veo en el despacho parejas que pelean, que sufren, que lloran…pero que no se resignan a no ser felices juntos.
Son un ejemplo para todos nosotros que hemos decidido buscar la felicidad de la mano de otra persona.
Si tenéis problemas, no los barráis debajo de la alfombra. ¡Sacudid la alfombra bien y que salte la porquería! Y juntos haced la limpieza a fondo.
La mayoría de las diferencias de una pareja se resuelven en el sofá de casa, preparando la cena juntos mientras comentamos lo que nos inquieta, dando un paseo, saliendo a tomar algo…y en esas conversaciones fluídas, densas, saldrán los problemas y las soluciones.
Eso si, si véis que no cerráis la conversación bien, si véis que os atascáis y no avanzáis o incluso retrocedéis, no lo dudes: Pedid ayuda.
Es mucho lo que está en juego: tu felicidad y la suya
domingo, 8 de febrero de 2015
!ESCAPAROS JUNTOS!
“Desde que nació Marta no hemos hecho ni una escapada. Vamos, en realidad ¡no hemos salido ni a cenar solos!
Solamente cuando hemos quedado con amigos o alguna boda...”
Esta frase y similares me las sigo encontrando y me animan hoy a escribir reivindicando algo que parece evidente pero que a veces corre peligro.
!!!LO MÁS IMPORTANTE SOIS VOSOTROS DOS!!!
No puede ser que una y otra vez la cuerda se rompa por la parte más delgada.
No puede ser que ante todo y ante todos hagamos malabares para cumplir con lo que se espera de nosotros y sin embargo no consigamos encontrar tiempo para escaparnos y desaparecer.
Si hay hijos, estos son con frecuencia la justificación número uno.
Qué paradoja! Resulta que por los hijos dejamos de hacer precisamente aquello que más les interesa y les conviene como es que sus padres se quieran y se dediquen tiempo.
Y el resto de excusas no merecen ni mención.
Casi todas son superables. Con ganas, con imaginación.
Y si ves que os faltan ganas de escaparos juntos deja de leer ahora mismo y ponte a concretar el plan ya, porque está claro que estáis en situación de emergencia y lo necesitáis antes que cualquier otra cosa.
Lo sabemos pero se nos puede olvidar: La vida de pareja requiere cuidados, mimos y atenciones, como una planta más bien delicada. Y si no los recibe se nos puede mustiar.
domingo, 1 de febrero de 2015
DOS CABEZAS DE FAMILIA
Parece que ya en pleno siglo XXI hablar de la igualdad en casa debería sobrar.
Ellos y ellas trabajan dentro y fuera de casa y se organizan como pueden o como saben.
Es verdad que el INE nos cuenta que la mujer sigue dedicando más tiempo por término medio que el hombre a las tareas domésticas y eso, a priori, indica que los hispanos tenemos un camino que recorrer a la hora de asumir tareas en casa.
Todavía se oye demasiado la frase
“no, si yo ayudo bastante”
Como si se tratara de echar una mano al vecino.
Mire usted, si va por la calle y ve un paisano a quien se le ha estropeado el coche y trata de arrancarlo empujándolo calle abajo, a él sí que puede decirle aquello de
“quiere que le ayude?”
Porque el coche es suyo y el problema de que se haya averiado también es suyo.
Pero en casa no estamos en ese contexto.
El hogar es de los dos, y por tanto la responsabilidad sobre lo que allí pasa es también de los dos.
Eso sí, sin escuadra y cartabón.
No se trata de igualar en porcentajes. Habrá que ver la disponibilidad de tiempo que tienen cada uno en casa. Sin olvidar que muchas veces si uno de los dos tiene más disponibilidad, es porque ha tomado la decisión de limitar su entrega al trabajo para poder atender más y mejor a su familia.
Y esto hay que agradecerlo y recordarlo siempre.
Ellos y ellas trabajan dentro y fuera de casa y se organizan como pueden o como saben.
Es verdad que el INE nos cuenta que la mujer sigue dedicando más tiempo por término medio que el hombre a las tareas domésticas y eso, a priori, indica que los hispanos tenemos un camino que recorrer a la hora de asumir tareas en casa.
Todavía se oye demasiado la frase
“no, si yo ayudo bastante”
Como si se tratara de echar una mano al vecino.
Mire usted, si va por la calle y ve un paisano a quien se le ha estropeado el coche y trata de arrancarlo empujándolo calle abajo, a él sí que puede decirle aquello de
“quiere que le ayude?”
Porque el coche es suyo y el problema de que se haya averiado también es suyo.
Pero en casa no estamos en ese contexto.
El hogar es de los dos, y por tanto la responsabilidad sobre lo que allí pasa es también de los dos.
Eso sí, sin escuadra y cartabón.
No se trata de igualar en porcentajes. Habrá que ver la disponibilidad de tiempo que tienen cada uno en casa. Sin olvidar que muchas veces si uno de los dos tiene más disponibilidad, es porque ha tomado la decisión de limitar su entrega al trabajo para poder atender más y mejor a su familia.
Y esto hay que agradecerlo y recordarlo siempre.
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