domingo, 21 de junio de 2015

CUESTIÓN DE MADUREZ


El otro día me sentaba con unos clientes que tenían una situación extrema planteando ya la ruptura. Todo porque él continúa aferrado a sus salidas nocturnas. Las copas después del trabajo, las salidas con los colegas hasta entrada la noche parecen imprescindibles. Ella ha dicho hasta aquí hemos llegado. El no sabe o no puede prescindir. Dos hijos y todo un proyecto de vida en común enterrados en vida. 
Me viene a la cabeza otro caso en el que ella ha llevado al limite a su marido y pone en juego su matrimonio de diez años por no aprender a poner en segundo lugar a su familia de origen:
“No pienso dejar de quedar con mis hermanos. Me lo paso genial con ellos y si él no quiere venir peor para él”.
“A mi me parece natural que mis padres opinen y participen de nuestra vida familiar. Al fin y al cabo son sus nietos. ¡Y yo soy su hija!”
Frases como esta, cuando expresan un exceso de vinculación con la familia de sangre pueden crear algo mas que incomodidad en nuestra pareja...
Y aquel que apunto de tener su segundo hijo no era capaz de abandonar su querido fútbol. Tanto el estadio como los entrenamientos y los partidos. Todo ello con sus correspondientes momentos de hermandad y amistad posteriores. Y ella en casa harta de no poder contar con el.
Estas situaciones presentan un denominador común que es la falta de madurez para asumir las responsabilidades propias de la vida de la nueva familia creada. La propia. 
Algo que no es infrecuente. 
La buena noticia es que con el tiempo,  un buen rodaje y a veces asesoramiento, resulta relativamente fácil ayudarle a aterrizar en el “ nuevo” escenario.
No hay que olvidar que no hay mala fe. Eso no lo justifica todo pero ayuda a comprender mas, creo.

domingo, 14 de junio de 2015

VIDA SOCIAL

Recuerdo una película en la que se hablaba de las tres señales de alarma en una pareja. Más o menos eran estas:
Cuando están demasiado tiempo delante de las pantallas.
Cuando salen poco o casi nada.
Cuando tienen pocas relaciones sexuales.
Hoy querría centrarme en la segunda.
Pensando sobre todo en las parejas con hijos pequeños, creo que es fácil caer en ese semi aislamiento que nos puede confinar a los pañales, biberones, paseos cuarto de estar arriba y abajo para calmar ese cólico o lo que sea que le mantiene despierto a estas horas...
Debéis salir. Oxigenaros. Ver gente. Veros el uno al otro en otro entorno distinto, con otro aspecto distinto!
Es necesario. Así desconectáis del día a día..., maravilloso y el que habéis elegido, pero que a veces cansa y satura, para qué nos vamos a engañar...
Al salir volvéis a casa con otros inputs otras conversaciones. Os nutrís, os estimuláis. Incluso creo que la tercera alarma puede estar también en parte relacionada con esta. Esa falta de proyección hacia afuera de la pareja hace que nos quedemos planos, sin relieve...y en cierto modo podemos dejar de llamarnos la atención mutuamente.
En fin, sin excesos, que tampoco serían recomendables, pero no cerremos nuestra pareja. Mantengámosla abierta a esas relaciones que nos aportan y nos hacen crecer.

domingo, 7 de junio de 2015

ANTE EL SUFRIMIENTO


Cuando los dos tienen que enfrentarse juntos a una situación de sufrimiento, a un revés, a un proceso de duelo del tipo que sea, ponen a prueba, sin pretenderlo a su propia relación.
 Y no me refiero al hecho de que esa situación de sufrimiento suponga como un caza bombardero que lanza sus proyectiles más pesados en las posiciones fundamentales. Ese no es el peligro. Esa no es la prueba. Ellos dos, si tienen una unión sólida, están preparados para todo.
El desafío más importante que afronta una pareja ante el sufrimiento, es precisamente el de seguir funcionando como una pareja: permanecer unidos, apoyarse mutuamente, buscarse y sobre todo no aislarse nunca.
Y ante eso hay que estar atento porque muchas veces el dolor busca la soledad. El sentimiento de que nadie ni siquiera él, ella me comprenden puede provocar esa actitud de aislamiento. Y no. Por duro que sea el camino, juntos multiplicarán por diez sus propias fuerzas. Y cuando uno desfallezca el otro tirará hacia arriba. Y viceversa.
Si lo estás pasando mal, corre a su lado y no te separes

domingo, 31 de mayo de 2015

REÍROS JUNTOS


En la pareja, en la familia en general, qué buena compañía hace el buen humor. A veces todas nuestras responsabilidades y ocupaciones pueden dejar de lado momentos de risas y de pasarlo bien juntos de la manera seguramente más trivial. Y sin embargo este aspecto de la relación es también esencial. Une mucho, nos hace sintonizar con más facilidad.
Incluso ser capaces de afinar en una nota similar de ironía puede ser muy grato y facilita el entendimiento entre los dos.
Yendo más allá de la capacidad de reírse juntos, es importante que encontréis, si  no las tenéis ya, actividades en las que los dos os encontréis a gusto. En las que disfrutéis juntos de verdad. Parece obvio, pero solemos tener las agendas tan cargadas de todo un poco, que si nos descuidamos podemos quedarnos sin espacio para hacer y programar esas cosas que hacíamos antes y con las que lo pasábamos tan bien...
Recuperarlas y defendedlas a capa y espada

domingo, 24 de mayo de 2015

CADA UNO, CADA UNA

Es esencial valorar al otro al máximo, que no se nos caiga esa admiración de la que ya hemos hablado alguna vez. Si no, ni nos sentiremos satisfechos con nuestra relación, ni felices en el plano personal. 
Y eso requiere lealtad total. Decirle y saber escuchar del otro todo lo que sea necesario. No dejar que aniden dentro de ti ninguna mirada torcida que se disgusta ante lo que ve. Habrá que decirlo y habrá que comprender también. Todo menos atrincherarse en un " no es lo que me esperaba, se me ha desmoronado, que le vamos a hacer..."
Y muchas veces hay que empezar porque cada uno de nosotros, a nivel individual, estemos contentos con nosotros mismos. Con lo que hacemos, con como somos. Debemos querernos para querer mejor. No es contradictorio,  de hecho es necesario. 
Volvemos a mirar a la pareja y es precisamente tu pareja quien debe ser tu cooperador necesario para ayudarte a sentirte bien contigo mismo. Y así cerramos el circulo. 
Debéis transmitiros esa alta valoración el uno al otro y ayudaros, cuando sea necesario a remontar baches en los que no nos sentimos bien en nuestra piel. 

domingo, 10 de mayo de 2015

CONFÍA, SALTA SIN RED


En la relación de pareja es imprescindible fiarse al 200% de la otra persona. Si no, estaremos a medio gas. Y si estoy un poco a medio gas con mi pareja no me entregaré del todo. Y si no me estoy dando del todo, provocaré que el otro tampoco se abra y entregue totalmente. Por lo que mi desconfianza crecerá. 
Ya vemos que es un círculo vicioso, que se retroalimenta en negativo...
“Ya pero es que tengo motivos más que de sobra para no confiar, por eso no estoy dispuesto a hacer el tonto volviéndole a firmar un cheque en blanco”.
Pues precisamente en esa situación en la que necesitas comprobar que tu relación ha recuperado la salud es más necesario que nunca fiarse. Aunque parezca ingenuo volver a hacerlo. 
Si queremos de verdad apostar por la pareja, debes volver a cerrar los ojos y saltar en el vacío sin red. Como un trapecista que sabe que en el aire se cruzará con su pareja que le agarrará fuerte de los brazos.
“Si claro y me la juego a que no me agarre y me estrelle contra el suelo”.
Si lo hace será porque no merece tu confianza y es mejor que cuanto antes seas consciente de que es así. Por eso compensa el riesgo.
Lo contrario es quedarse en lo alto del trapecio, sufriendo por la angustia de saltar o no y dejando que el tiempo pase sin que al final sepas si te hubiera agarrado o no.
La decisión es tuya, pero no te quedes a medias.

domingo, 3 de mayo de 2015

EL CANSANCIO, NUESTRO COMPAÑERO


“El estado normal de una persona de 37 años es el cansancio” 
Cuando escuché esta frase andaba yo por esa edad y me sentí identificado y de algún modo consolado por no ser el único.
Esa franja de horizontes difusos que es la que va de los 30 a los 50 comprende situaciones tan intensas como son el arranque laboral, en entornos competitivos en los que se espera más y más de nosotros, las noches de insomnio con cambio de pañales y biberones incluídos; y por si fuera poco, también en esa época suele estar presente algún que otro programa de formación porque “¡hay que mantenerse al día!”
Y todo esto pasa peaje. 
Nos desgasta en mayor o menor medida y además se va acumulando...
Pero normalmente son líos en los que nos hemos querido meter por lo que tampoco nos quejamos mucho.
Pero nos encontramos cansados. Los dos. Y eso hay que saber manejarlo porque ese cansancio mal enfocado puede ser el peor enemigo de la pareja. Se puede llevar por delante las relaciones sexuales, el buen humor, el tiempo para los dos solos tomando algo, la atención debida a nuestros hijos...
Moraleja: Mide tus fuerzas y dosifícate. No eres superman o superwoman. Para, haz ejercicio físico, oxigénate. Y haz todo esto por tí mismo, pero también por tu vida de pareja. Porque el cansancio tiñe todo de un tono negativo. Y si nos descuidamos podemos confundir las cosas y ver crisis donde realmente lo que hay es agotamiento.
Revisa tu ritmo y asegúrate de que estas reservando energías para lo que de verdad es capital en tu vida