lunes, 28 de septiembre de 2015

PERDONAR SIEMPRE


Vivir juntos y que haya roces es todo uno. Sin que se trate de grandes cosas. Con frecuencia son diferencias de opinión, de visión o de sensibilidad las que nos pueden llevar a enfrentarnos. 
Y en la confrontación y con el ánimo caliente podemos lanzar dardos o hacer cosas que duelan. 
El perdón es la salida. 
Ten la sencillez de decir:
"Lo siento de verdad, lo he hecho fatal" 
"perdóname, de verdad, no pretendía hacerte daño"
Y ten grandeza de alma para perdonar de verdad. 
Porque muy probablemente el dolor que sientes no era buscado. Con frecuencia la ofensa viene más de no saberlo hacer mejor que de mala intención. Y en este segundo caso, tantas veces es fruto de esa subida de temperatura...que hay que saber controlar, eso si.
Pero lo más importante es que entre dos que se quieren debe existir esa capacidad para entender que el otro no es perfecto, ni de lejos. Y tu tampoco. Por lo que los dos necesitáis ese espacio de frenada. Para parar sin pegárosla y recuperar la ruta.
Y seguir amando y sabiendo que nos puede defraudar en un momento dado.
 El perdón nos libera del veneno del rencor. Nos devuelve la serenidad. 
Y nos da la capacidad para seguir caminando juntos. Con los pies de barro. 

domingo, 20 de septiembre de 2015

Un seguro de vida para la pareja


Recuerdo que hace años hicimos un curso para parejas en el que analizábamos casos para sacar consecuencias y aprender. 
Sandra solía comentar invariablemente:
“tienen un problema de comunicación”
Y nos reíamos, pero tenía razón. Es absolutamente habitual que los problemas en la pareja tengan una raíz en la falta de comunicación. Así que está clara la prevención no? 
Y no es tan sencillo como pueda parecer, en primer lugar hay cuestiones de carácter: los hay más reservados incluso crípticos.Luego están los ritmos de vida, horarios, distancias... 
Y puede ocurrir que vivamos en un semi aislamiento. Y si, probablemente no pase nada, al menos a corto plazo. Pero es evidente que estamos abonando el terreno para que cualquier mala planta pueda crecer. 
Así que vamos a reservarnos ese tiempo blindado al final del día para estar solos los dos y sin interrupciones.
 Sin hijos en medio sin pantallas. Sólo los dos y mirándonos a los ojos. Desaguando el uno en el otro. Eso si que es un seguro de vida para la pareja 

domingo, 13 de septiembre de 2015

RECOMENZAR


Ahora toca volver a la normalidad. Después de semanas de extraordinarios, del tipo que sean, retomamos el ritmo habitual.
-Menos mal porque sin colegio, los cinco metidos en casa, con el pequeño malo....Cristina y yo nos hemos mandado a la porra en distintos idiomas ya-

Cada año nos encontramos con noticias del tipo:
Aumentan las demandas de separación tras las vacaciones de verano
Y desde el punto de vista estadístico es verdad, pero normalmente la relación que se resiente del exceso de convivencia es aquella que ya estaba muy tocada. 
Pero, que duda cabe, la convivencia más estrecha puede ser y de hecho es, un buen banco de pruebas para ver como estamos de verdad el uno con el otro. Y quizás ahora que arranca el curso sea 
un momento excelente para marcar objetivos juntos.
-Venga, nos vamos a apuntar por fin a ese curso de baile los jueves por la noche, que si no no hacemos nada juntos-
O sencillamente:
-Lo de salir a pasear todos los días un rato al final del día, lo vamos a mantener durante el curso-
Metamos cabeza. Pensemos lo que no hicimos tan bien el curso pasado y rectifiquemos. Nuestra relación es un organismo vivo y como tal, cambia se adapta y evoluciona para mejorar. 
Estamos a tiempo. 

domingo, 19 de julio de 2015

PAREJA ANTES QUE PADRES


A todos los que tenemos hijos esta semanas se nos presentan como un desafío. Cómo ocupar el tiempo de nuestros hijos de una manera inteligente. Donde enviarlos donde no...
Decisiones que debemos tomar juntos los dos. Y juntos en estos días y semanas pasaremos mucho mucho tiempo todos los miembros de la familia.
Ellos y nosotros, así, ellos y nosotros.
Nuestros hijos deben vernos como un todo unitario. Casi diría un bloque monolítico. 
Bien es verdad que a medida que van creciendo pueden apreciar y valorar las diferencias entre papá y mamá. Incluso será para ellos una buena escuela de cómo lidiar con las diferencias de opinión en la intimidad. 
Pero hasta que llegue esa edad de adulto o casi adulto, nuestros hijos deben encontrar en nosotros seguridad, un referente fiable. 
Por eso este tiempo de vacaciones es un observatorio magnífico para ellos. No perdamos la oportunidad, ejercitemos el diálogo el consenso entre nosotros dos. 
Pongamos muy en activo eso que sabemos bien aunque a veces se nos puede olvidar: antes que padres somos pareja. La elección la hicimos el uno por el otro, ellos vinieron después. Y así debemos vivirlo siempre, ellos nos lo agradecerán y mucho. 

domingo, 5 de julio de 2015

EN DISTINTA FRECUENCIA


Muchas veces las discusiones que surgen entre él y ella se deben sencillamente a que están sintonizados de modo distinto. Lo que para uno es un agravio tremendo para el otro resulta irrelevante. 
Un mismo hecho puede ser motivo de preocupación permanente para uno y caer automáticamente en el olvido en el caso del otro. 
El problema es que muchas veces esperamos la reacción que nosotros tendríamos y eso es sencillamente imposible. De un modo inconsciente parece como si buscáramos en la otra persona nuestro propio patrón.
¡Menuda tontería! ¡pero que fácilmente caemos en ella!
Si nos paramos a pensarlo bien seguramente lo que nos atrajo es lo que nos diferencia, lo que nos equilibra, lo que nos complementa. 
Y todo eso es lo mismo que hace que percibamos las cosas de manera a veces tan distinta.
Querer a la otra persona implica un cierto grado de incomprensión ante sus actos. Nuestra limitada cabeza no alcanzan a comprender todas las conexiones neuronales ajenas. 
Tu pareja no dejará nunca de ser un misterio insondable. 
Y los misterios infunden respeto y una cierta fascinación. Pues eso.

domingo, 21 de junio de 2015

CUESTIÓN DE MADUREZ


El otro día me sentaba con unos clientes que tenían una situación extrema planteando ya la ruptura. Todo porque él continúa aferrado a sus salidas nocturnas. Las copas después del trabajo, las salidas con los colegas hasta entrada la noche parecen imprescindibles. Ella ha dicho hasta aquí hemos llegado. El no sabe o no puede prescindir. Dos hijos y todo un proyecto de vida en común enterrados en vida. 
Me viene a la cabeza otro caso en el que ella ha llevado al limite a su marido y pone en juego su matrimonio de diez años por no aprender a poner en segundo lugar a su familia de origen:
“No pienso dejar de quedar con mis hermanos. Me lo paso genial con ellos y si él no quiere venir peor para él”.
“A mi me parece natural que mis padres opinen y participen de nuestra vida familiar. Al fin y al cabo son sus nietos. ¡Y yo soy su hija!”
Frases como esta, cuando expresan un exceso de vinculación con la familia de sangre pueden crear algo mas que incomodidad en nuestra pareja...
Y aquel que apunto de tener su segundo hijo no era capaz de abandonar su querido fútbol. Tanto el estadio como los entrenamientos y los partidos. Todo ello con sus correspondientes momentos de hermandad y amistad posteriores. Y ella en casa harta de no poder contar con el.
Estas situaciones presentan un denominador común que es la falta de madurez para asumir las responsabilidades propias de la vida de la nueva familia creada. La propia. 
Algo que no es infrecuente. 
La buena noticia es que con el tiempo,  un buen rodaje y a veces asesoramiento, resulta relativamente fácil ayudarle a aterrizar en el “ nuevo” escenario.
No hay que olvidar que no hay mala fe. Eso no lo justifica todo pero ayuda a comprender mas, creo.

domingo, 14 de junio de 2015

VIDA SOCIAL

Recuerdo una película en la que se hablaba de las tres señales de alarma en una pareja. Más o menos eran estas:
Cuando están demasiado tiempo delante de las pantallas.
Cuando salen poco o casi nada.
Cuando tienen pocas relaciones sexuales.
Hoy querría centrarme en la segunda.
Pensando sobre todo en las parejas con hijos pequeños, creo que es fácil caer en ese semi aislamiento que nos puede confinar a los pañales, biberones, paseos cuarto de estar arriba y abajo para calmar ese cólico o lo que sea que le mantiene despierto a estas horas...
Debéis salir. Oxigenaros. Ver gente. Veros el uno al otro en otro entorno distinto, con otro aspecto distinto!
Es necesario. Así desconectáis del día a día..., maravilloso y el que habéis elegido, pero que a veces cansa y satura, para qué nos vamos a engañar...
Al salir volvéis a casa con otros inputs otras conversaciones. Os nutrís, os estimuláis. Incluso creo que la tercera alarma puede estar también en parte relacionada con esta. Esa falta de proyección hacia afuera de la pareja hace que nos quedemos planos, sin relieve...y en cierto modo podemos dejar de llamarnos la atención mutuamente.
En fin, sin excesos, que tampoco serían recomendables, pero no cerremos nuestra pareja. Mantengámosla abierta a esas relaciones que nos aportan y nos hacen crecer.