Realmente ¿hay alguien que pueda estar cien por cien convencido de que va estar a la altura de las circunstancias con semejantes exigencias dentro de veinte, treinta o cuarenta años?
Imposible. Ni siquiera puedo asegurar del todo lo que voy a ser capaz de hacer mañana, como para firmar un compromiso para toda mi vida...
Y esa es la maravilla, que aún no fiándote de ti mismo te entregues por completo a otra persona y le jures fidelidad y cercanía siempre. Al mismo tiempo eres consciente de que es cosa de dos, y que saldrá bien porque los dos vais a poner el alma y el corazón en que así sea.Vais a vivir cada día de forma coherente con ese compromiso.
Es el misterio de la libertad del hombre que decide, porque le da la gana, iniciar un camino y decir que no a muchos otros.
Es poner en juego tu libertad apostando todo a una sola carta.
Es una receta infalible para ser feliz.
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