Y menos de la mía que es estupenda! Ni del cuñado, ni de la sobrina...
Ni de lo mucho o poco que nos puede apetecer la dichosa reunión en casa de...
Hoy querría hablar de sumar.
Se acerca la Navidad y lo normal es que todos nos reunamos con miembros de nuestra familia y de "su familia" a los que normalmente vemos menos y entre los que puede haber personas que nos resulten mas o menos gratas. Y ante eso uno puede aplicar su filtro y entrar en el planteamiento:
" pues como este igual de borde que siempre yo no pienso hacer ni el más mínimo esfuerzo"
O uno puede pensar en sumar. Y en sumar pensando en el otro. Me explico.
Todos tenemos claro que estamos unidos a la persona que elegimos y no a toda su parentela. Por supuesto. Pero también tenemos muy claro que una de las claves principales del éxito de nuestra relación es precisamente buscar siempre el modo de hacer feliz a la otra persona. Y resulta que parte muy importante de su felicidad es su relación con su familia de sangre y por eso a ti te toca facilitarle las cosas en estos días de convivencia más estrecha. Hacer que disfrute con ellos y que te vea a ti bien también. No se trata de convertirte en compañero inseparable de juegos de tu suegro o de que no salgas de la cocina en casa de tus cuñados. Se trata sencillamente de poner de tu parte para que el clima sea el mejor. Buena cara, buen ambiente y sobre todo repito pensar en la felicidad y en el disfrute del otro . Con eso disfrutaremos seguro los dos.
Y si surge la necesidad de aplicar este principio no lo dudes: siempre del lado del contrario!! Es decir:
Si tu pareja tiene algún encontronazo con alguien de su familia y ves que lo pasas mal por eso mientras te lo esta contando, trata de disculpar al miembro de su familia tratando de facilitar el retorno a la normalidad. No se te ocurra abundar en la brecha porque le harás sufrir mas y además te saldrá " el tiro por la culata" porque muy probablemente se vuelva en tu contra por contribuir a la
crítica de esa persona de su familia.
Así que, a sumar! A llegar a mas en nuestros círculos concentricos en estos días!
Eso si , cuidando mucho el circulo principal que sois vosotros dos.
domingo, 21 de diciembre de 2014
martes, 9 de diciembre de 2014
Cuestión de prioridades
Ahora que se acerca el 31 de diciembre y que oiremos tanto de balances de final de año, de lo que hemos ganado y perdido...creo que es un buen momento para que nos paremos a evaluar si hemos ganado o perdido en nuestra relación de pareja.
Si le estamos dedicando tanto como pensamos. Si realmente es el activo más importante en nuestra vida...
En definitiva, si de verdad es nuestra prioridad.
Haz la prueba. Piensa cuales son a día de hoy aquellos aspectos de tu vida a los que dedicas mas tiempo, mas energía y empeño. Saldrán unos cuantos. ¿En que posición aparece algo relacionado con tu pareja?
Puedes decirme:
"es que precisamente mi relación no me preocupa por eso no aparece entre las cuestiones de mayor dedicación."
A lo que te diría que no debemos olvidar que la relación de pareja es de esas relaciones horizontales que hay que mantener vivas siempre. A diferencia de las verticales como las de hijo hacia la madre o el padre hacia el hijo que sobreviven prácticamente solas.
Una pareja se constituye porque los dos quieren y ese querer se debe mantener vivo y saludable por la dedicación y el empeño de los dos día a día.
No podemos caer en aquello de que la cuerda siempre se rompe por el lado más delgado. Y que el más delgado sea el de nuestra relación. Frente a otros cabos más gruesos como puedan ser nuestro trabajo, nuestra prosperidad económica o nuestro éxito en general.
Piensa un poco en esta frase:
" cuando te hayas ido, ni tus clientes, ni tus socios, ni tus colegas te recordaran, solo vivirás en la memoria de tu familia"
Y así es. Pero no por eso vamos a poner nuestra relaciones en el primer puesto de la lista de prioridades, sino porque nos da la gana.
Porque tienes claro lo que de de verdad vale la pena en tu vida.
Si le estamos dedicando tanto como pensamos. Si realmente es el activo más importante en nuestra vida...
En definitiva, si de verdad es nuestra prioridad.
Haz la prueba. Piensa cuales son a día de hoy aquellos aspectos de tu vida a los que dedicas mas tiempo, mas energía y empeño. Saldrán unos cuantos. ¿En que posición aparece algo relacionado con tu pareja?
Puedes decirme:
"es que precisamente mi relación no me preocupa por eso no aparece entre las cuestiones de mayor dedicación."
A lo que te diría que no debemos olvidar que la relación de pareja es de esas relaciones horizontales que hay que mantener vivas siempre. A diferencia de las verticales como las de hijo hacia la madre o el padre hacia el hijo que sobreviven prácticamente solas.
Una pareja se constituye porque los dos quieren y ese querer se debe mantener vivo y saludable por la dedicación y el empeño de los dos día a día.
No podemos caer en aquello de que la cuerda siempre se rompe por el lado más delgado. Y que el más delgado sea el de nuestra relación. Frente a otros cabos más gruesos como puedan ser nuestro trabajo, nuestra prosperidad económica o nuestro éxito en general.
Piensa un poco en esta frase:
" cuando te hayas ido, ni tus clientes, ni tus socios, ni tus colegas te recordaran, solo vivirás en la memoria de tu familia"
Y así es. Pero no por eso vamos a poner nuestra relaciones en el primer puesto de la lista de prioridades, sino porque nos da la gana.
Porque tienes claro lo que de de verdad vale la pena en tu vida.
domingo, 30 de noviembre de 2014
Un invitado no deseado
Cuando los sentimientos de celos y desconfianza llegan y se
instalan, hacen sufrir mucho. Generan ansiedad y un dolor estéril. Estéril
porque normalmente no obedece a nada. Pero explícaselo tú a quien los padece,
que a su vez no es culpable de padecerlos.
En fin, una complicación enorme para la pareja; porque aquél
a quien se cuestiona su conducta se siente injustamente tratado y se encuentra
ante la necesidad de dar explicaciones por cosas que normalmente no tienen
ninguna segunda intención y sobre las que no considera que deba explicarse.
Pero debe hacerlo, y ¡vaya si debe hacerlo! Porque si no, la
otra persona ve confirmadas sus sospechas y crece ese globo de inquietud y
sospecha que tanto daño hace, dentro y fuera. Dentro por el sufrimiento
personal y fuera porque habitualmente tensa la relación y provoca discusiones difíciles
de cerrar.
Cimentar la confianza entre los dos será el único antídoto
que podamos encontrar para remontar situaciones como ésta. Derrochar horas de
conversación en las que nos abramos en canal el uno al otro. No abordando el
tema que nos hace sentirnos incómodos sino todo en general. Es momento de
invertir en hablar y hablar mucho. En compartir de verdad nuestras vidas. En
poner en escena ese tu eres lo principal
en mi vida
Así,
con ese rodaje de horas juntos hablando a fondo, se irán disipando los
nubarrones de las dudas y susceptibilidades.
Además, hay que aprender a desdramatizar. Evitar sentirse
ofendido por esas sospechas, que en realidad con frecuencia no lo son, tan solo
manifiestan inseguridad en quien las padece. Y
además de restarle importancia, si están ya retejiendo su confianza a base de
diálogo profundo, quizás se sienta cómodo como para decirle:
“Oye, vale ya, que de esto ya hemos hablado y sabemos que no
lleva a ninguna parte, a ninguna parte buena, vamos…”
Y así quizás ayude a su pareja a cortar con esos
pensamientos, que
como decíamos pueden fácilmente convertirse en obsesivos.
como decíamos pueden fácilmente convertirse en obsesivos.
Quien padece los sentimientos de celos tendrá que trabajar el
autocontrol. Para eso, el ejercicio de STOP mental a estos pensamientos tan
negativos y buscar la distracción de la cabeza en esas circunstancias, además
de llenarse del otro cada vez que estemos juntos puede funcionar muy bien.
Y por último, la otra persona tendrá que recortar quizás algo
de su conducta externa, sin caer en la camisa de fuerza que le oprima y le
asfixie, pero si que es cierto que tratará de que su modo de actuar no
desencadene gratuitamente esos fatales sentimientos en su pareja. A veces será
controlar un poco la expresividad con las personas del otro sexo; en otras
ocasiones será importante cuidar la vanidad; no tratar de ir por la vida
despertando admiración; y lo que es mejor, buscar sobre todo en nuestra pareja
el reconocimiento y el halago que realmente nos hace sentir tan bien…
Porque la admiración mutua es un valor esencial en las
relaciones de pareja más robustas; y por eso fomentando esa actitud entre los
dos, matamos muchos pájaros de un tiro.
domingo, 23 de noviembre de 2014
Una última oportunidad
Hablas con alguien que te dice que está seco por dentro. Que
no ve nada que le anime a seguir con la relación. Que los sentimientos hace tiempo
que se fueron con billete de ida. No sabes qué decir.
Es difícil ayudar a esa persona a poner emoción en algo que
ahora sólo tiene dimensión de obligación. Y sin embargo tantas veces ellos y
ellas se presentan convencidos de que “merece la pena darse una última
oportunidad”. En cierto modo puede ser para quedarse con la conciencia
tranquila pensando que –ya he hecho todo lo que estaba en mi mano-. Otras veces
es el no al fracaso lo que puede estar detrás. En otras ocasiones será la
familia, las convicciones personales, etc.
Pero creo que con frecuencia hay un sentido de justicia que
aflora en situaciones de electrocardiograma plano. Y vale la pena detenerse en
lo que puede mover a una persona en estas circunstancias:
“Al fin y al cabo nos metimos en esto porque quisimos, los
dos, totalmente convencidos. Queríamos crear un hogar juntos. Los hijos también
llegaron porque a los dos nos apetecía mucho tener una familia. Entonces, ahora
que veo que hay que desmontarlo, supongo que tendré que darle una oportunidad.
Creo que se la debo. Es de justicia. Él no quiere dejarlo y yo no le puedo negar
este último esfuerzo. Trataré de poner toda la carne en el asador. Aunque tengo
muy poca confianza en que esto salga a flote.”
Pues sí, Ana. Piensas bien al decir esto. Os lo debéis el uno
al otro.
Y a todos los que no somos Ana, nos puede servir la idea de
recordar siempre que somos dos, y que tenemos que seguirlo siendo siempre en
las cosas grandes y en las pequeñas.
Que tenemos que actuar siempre pensando en
el otro cada vez que tomemos una decisión.
No es que nos aniquilemos, es
sencillamente que pasamos nuestras decisiones, las que afectan a nuestra vida
de pareja, de familia, por el tamiz del otro.
Así mantenemos las cuatro ruedas
en paralelo y no habrá accidentes.
domingo, 16 de noviembre de 2014
Que vuestras relaciones sean un "win-win"
El otro día me invitaron a hablar ante un grupo de parejas
sobre la sexualidad, haciendo especial referencia a las diferencias entre él y
ella. Porque las hay, y vaya que las hay.
El problema es que de esto no hablamos con casi nadie, ni
siquiera con nuestra pareja. Y por eso vamos tantas veces a ciegas, sin entender
porqué reacciona así, o sin saber si lo que me pasa es normal, si tiene
remedio…
Les animaba, y os animo, a poner este tema sobre la mesa
siempre que sea necesario. Habladlo y habladlo a fondo. No pactéis con nada que
no queráis que os acompañe el resto de vuestra vida. Porque vuestras relaciones
serán de tanta calidad como lo sea vuestra cercanía, vuestra compenetración,
vuestra intimidad y en definitiva vuestra comunicación en este terreno.
Y por último, no olvidemos en ningún momento que nos
entregamos al otro, a la otra, para hacerle sumamente feliz, como en el resto
de las parcelas de nuestra vida.
Si nos planteamos nuestra relación sexual como un encuentro
en el que voy a buscar la mayor felicidad del otro, habremos matado muchos
pájaros de un tiro: saldremos más unidos, más enamorados, más generosos y más
volcados en el otro.
Y como somos personas y todos esos sentimientos nos hacen
sentir muy bien, se unirán al placer físico y la relación será también para
nosotros mucho más satisfactoria. Un win-win.
domingo, 9 de noviembre de 2014
Como al principio…
Es bueno volver a los comienzos. En todo. Nos hace mucho bien
pensar por qué me metí en este lío.
En nuestra relación también. Cómo nos
recoloca de bien volver a la casilla de salida, donde todo estaba muy claro.
No sabes lo bien que funciona este ejercicio. Bien hecho, puede devolver la alegría
de estar juntos, la ilusión por llegar a casa, las ganas de escaparse los dos
solos. Podemos así recuperar el buen sabor de la entrega del uno
al otro que llene y sostenga nuestra vida.
Ponte la siguiente tarea: busca un rato tranquilo y aíslate.
Papel y lápiz en mano, escribe una lista de las cosas que te
enamoraron en su día. Deja volar tu imaginación y tu memoria. Que regrese a esos momentos.
Quizás hayan pasado ya unos años, pero no es ciencia ficción.
Aquello lo
pensaste. Así te sentiste.
Deja que vayan cogiendo fuerza en ti esos recuerdos.
Que cobren vida. Y después proponte mirar a la persona que quieres con esa
mirada de entonces. Verás como sigues descubriendo mucho de lo que te enamoró.
Nublado quizás por otras muchas cosas que se han cruzado en el camino.
Soplad
fuerte entre los dos. Díselo y hacedlo juntos. Seguro que disipáis esas nubes y
volvéis a ver el cielo claro y limpio.
domingo, 2 de noviembre de 2014
Actualiza tu compromiso
El ser humano en sus afectos tiende a la totalidad. Es ley
natural. Del mismo modo que buscamos la felicidad como tendencia natural,
buscamos también un amor completo, sin orillas.
No se quiere a alguien "mientras nos riamos juntos”, o “un rato” , o “hasta el verano que viene”. Se ama con el
corazón y este órgano no conoce de plazos ni condiciones. Es un músculo que se
pone en marcha, se activa y confía en el buen gobierno de la cabeza sobre él.
El amor comprometido, sin duda sale al paso del deseo más
profundo del corazón humano que anhela amar y ser amado sin condiciones. Que me
quieran como soy y por quien soy es lo más fabuloso que nos puede pasar, ¿no
crees?
Ahora bien, el compromiso está sobre todo para vivirlo en
primera persona, es decir, yo me comprometo contigo, voy a estar a tu lado, te
aseguro mi amor y mi apoyo constante. Y haré todo lo que esté en mi mano para
vivir cada día de acuerdo a esta afirmación que ahora te hago.
Digo en primera
persona porque si los dos lo viven así, todo irá sobre ruedas. El problema
aparece cuando uno de los dos asumiendo que el otro estará ahí en cualquier
caso, pase lo que pase, comienza a actuar descuidando su propio compromiso. Y
la persona con la que se había comprometido deja de ser lo primero…y así, poco
a poco, empieza a vivir su relación a costa del compromiso del otro. Que
obviamente al no verse correspondido, puede empezar a aflojar también.
Revisa hoy tu compromiso. Actualiza tu esfuerzo diario por
vivir pendiente del otro y de vuestra relación. Mantenlo en el primer puesto
del ranking de tus prioridades.
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